Esta semana volvemos a la Ciudad de México. Dicen que uno de los paseos más bellos por la ciudad es sin duda por una de las avenidas más importantes de ella, el Paseo de la Reforma y en su confluencia con la glorieta más grande es imposible dar este paseo sin observar al “Ángel de la Independencia” o también conocido antiguamente como el Monumento a la Independencia.
Se empezó a construir el 2 de enero 1902 poniendo la primera piedra, por el arquitecto Antonio Rivas y se inauguro 8 años después, en 1910 ya que se quería conmemorar el Centenario de la Independencia de México. Se dice además que esta construcción fue complicada (de ahí que tardaran tanto) ya que la complejidad en la cimentación requirió del hincado de 5000 pilotes de madera.
Se dice que el día de la inauguración Porfirio Diaz colocó dentro del monumento un cofre de color dorado con el acta y unas monedas de la época, pero de ningún valor.
Interesante artículo!
ResponderEliminarExcelente saber un poco más, este es el lugar más emblemático de Reforma
ResponderEliminarAnécdota: Fui a la delegación para sacar el permiso para poder subir al ángel y me lo otorgaron y cuando llegó el día lo olvide y no fui. Es triste pero, el Ángel es uno de los monumentos más emblemáticos que caracterizan a México. Iluminado de noche es mi forma favorita de verlo.
ResponderEliminarMuy pocos sabe la historia de este monumento tan emblemático de la ciudad, y me parece muy chido para el paisaje citadino.
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